La violencia en Guanajuato cobró una víctima inocente. Alana, una niña de tan solo 8 años, perdió la vida mientras caminaba rumbo a su escuela en San Miguel de Allende, tras quedar en medio de un enfrentamiento entre elementos de la Fiscalía General del Estado de Guanajuato (FGEG) y hombres armados.
Según relatos, la menor iba acompañada de su padre y su hermana cuando fue alcanzada por una bala. Sus últimas palabras antes de caer fueron: «Papi, me dieron, tengo sangre», un testimonio desgarrador que refleja la tragedia que envuelve a su familia.
Su madre, Marian Paulina Almanza, exige que la muerte de su hija sea reconocida como un feminicidio y que no quede impune. «Hoy mi amada hija Alana no está conmigo porque la balacearon. Fue víctima de un feminicidio cobarde, mientras su padre la llevaba a la escuela», denunció.
Este terrible hecho ha generado indignación en la sociedad y reavivado el debate sobre la inseguridad y la violencia en el estado de Guanajuato. Familiares y ciudadanos piden justicia para Alana y que su caso no quede en el olvido.
